Desde la ocuridad de nuestras salas, atacamos con la luz de nuestros sueños...
la claridad del sol, el mejor aliado, nos ayuda a exibir las ideas plasmadas.
Pintando y creando, pensado y hablando, exigiendo lo que nos pertenece.
Sigilosos y silenciosos, bravos y estrepitosos, acechamos entre todos y nadie nos vee.
Tengan cuidado que de las sombras nos hemos levantado y quedaran igual que un niño asustado en la ocuridad.
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